Los préstamos personales pueden ser una gran alternativa para aquellas personas que tienen una urgencia económica, pero también para quienes que no poseen historial crediticio o tienen un puntaje bajo y no pueden acceder a los beneficios de una tarjeta de crédito. Estos préstamos se caracterizan por ser ideales para cubrir gastos inesperados pues suponen un riesgo menor y no tienen tantos requisitos en términos de puntaje crediticio, documentación o garantías.
La cantidad de dinero que puedes obtener a través de un préstamo personal siempre será menor a la de un crédito comercial, partiendo desde los US$300 a US$40,000 y, en el mejor de los casos, hasta los US$50,000.
Préstamo personal con mal crédito
Sabemos que tener mal crédito puede convertirse en un dolor de cabeza, pues contar con un puntaje que está por debajo de 550 no facilita el obtener préstamos y, aún peor, a una buena tasa de interés. Sin embargo, no todo está perdido y esto es lo que debes hacer si quieres acceder a un préstamo personal.
Para iniciar y en este caso, hay dos opciones de préstamo: el préstamo asegurado, el cual consiste en que pongas algún tipo de activo, como una de tus propiedades o incluso efectivo como garantía de pago. Debes tener en cuenta que al poner de por medios tus activos, las tasas de interés serán más bajas; pero si no pagas, podrías perderlos. Por el otro lado tenemos el préstamo no asegurado, siendo más flexible pues no hace este tipo de exigencias, aunque podría tener ciertas limitaciones.
Pasos para pedir un préstamo personal con mal crédito
Si deseas empezar ya con el proceso, aquí tienes algunos de los pasos más comunes a la hora de solicitar:
- Decide cuánto dinero necesitas. Utiliza una calculadora de préstamos personales fiable y determina el tiempo e interés que más convenga a tu presupuesto.
- Ten mucha claridad sobre los requerimientos que exige el prestamista de tu elección, de lo contrario podrías ser rechazado. Algunas entidades financieras solicitan un mínimo de 3 años de historial crediticio, un puntaje mínimo y una relación deuda-ingresos específica.
- Reúne los documentos para acelerar tu proceso de solicitud, en la mayoría de casos se requiere: SSN, copia de los extractos bancarios, identificación oficial (licencia de manejar o pasaporte), copia del último comprobante de pago, formulario W-2 o estados financieros comerciales, declaraciones de impuestos y formatos 1099, copia del pago de servicios públicos para verificar tu dirección, información de contacto de tu empresa o empleador.
- Suministra la información requerida, esta abarca entre datos personales y monto total de deudas e ingresos.
- Comparte al prestamista tu información financiera, esto lo puedes hacer enviando la copia de tus extractos bancarios o utilizando un sistema seguro para vincular tus cuentas bancarias.
Si tu préstamo personal ha sido aceptado, lee con atención el contrato y asegúrate de que haya claridad sobre los aspectos establecidos. También puedes acceder a un préstamo personal online, la cual es una alternativa que recomendamos pues no tiene los mismos costos de los bancos tradicionales, volviéndose una opción más económica y sencilla. Algunas personas los prefieren porque son préstamos personales rápidos, de acceso casi inmediato al dinero en efectivo.
Si no deseas ir de sitio en sitio buscando y comparando, te recomendamos Lending Tree, un marketplace de opciones de préstamos que, simplemente con tu información personal y en segundos, te brindará una lista de empresas dispuestas a prestarte a pesar de tus limitaciones financieras.
Préstamo personal sin crédito
Si no cuentas con historial crediticio, el obtener un préstamo puede ser una tarea difícil ya que los prestamistas revisan informes crediticios para verificar qué tan puntual eres con tus pagos. Las posibilidades de calificar para un préstamo personal o de obtener una mejor tasa aumentan si pones una garantía colateral para un préstamo con garantía; pero debes estar muy seguro de ello ya que, si no pagas a tiempo, pones en riesgo tus activos.
En este caso, la mejor alternativa es acceder a una tarjeta de crédito con garantía, la cual es perfecta para aquellas personas que no tienen un historial crediticio o lo quieren reconstruir. Este tipo de tarjetas de crédito están “aseguradas” con el dinero que depositas a modo de garantía. Dependiendo del emisor, el límite de crédito será proporcional a la cantidad de tu depósito y, si la manejas bien, este valor podría variar a tu favor además de mejorar tu puntaje en poco tiempo.